De puerta en puerta para crear confianza en las vacunas contra covid en la Pequeña Habana

La Pequeña Habana es un barrio de Miami que, hasta la pandemia, era conocido por su activa vida en las calles, a lo largo de la Calle Ocho, en donde hay locales de música en vivo, ventanitas que sirven café cubano y un parque histórico donde los hombres se reúnen a jugar dominó.

Pero durante la pandemia, un grupo llamado Healthy Little Havana se está concentrando en esta área con una tarea muy específica: persuadir a los residentes para que se hagan una prueba de coronavirus.

La organización sin fines de lucro tiene mucha experiencia en divulgación. Ayudó con el censo de 2020 y, a causa de la pandemia, hizo la mayor parte de ese trabajo por teléfono. Pero Líderes comunitarios dicen que este nuevo desafío necesita un enfoque cara a cara.

Los trabajadores del grupo han salido casi a diario por las tranquilas calles residenciales, para persuadir a la mayor cantidad posible de personas de que se hagan la prueba de covid-19. En una tarde reciente, un grupo de tres —Elvis Mendes, María Elena González y Alejandro Díaz— tocó todas las puertas de un edificio de dos pisos.

Mucha gente aquí trabaja en la industria de servicios, en comercios minoristas o en la construcción; la mayoría de ellos no están en casa cuando los visitantes llegan.

Lisette Mejía respondió, con un bebé en brazos y flanqueada por dos niños pequeños.

“No todo el mundo tiene acceso fácil a Internet o a la posibilidad de buscar citas”, respondió Mejía a la de por qué no se había hecho una prueba. Agregó que tampoco ha tenido ningún síntoma.

El equipo de Healthy Little Havana le dio algunas mascarillas de algodón y le informó sobre las pruebas planificadas para ese fin de semana en una escuela primaria que se encuentra a poca distancia caminando. Le explicaron que las personas pueden no tener síntomas pero aún tener el virus.

Las pruebas siguen siendo demasiado difíciles

La organización sin fines de lucro es una de varias que reciben fondos de la Health Foundation of South Florida. La fundación está gastando $1.5 millones en estos esfuerzos de divulgación, en parte para ayudar a que las pruebas de coronavirus sean lo más accesibles y convenientes posible.

Varias razones sociales y económicas hacen que sea difícil para algunos residentes de Miami hacerse la prueba o recibir tratamiento, o aislarse si están enfermos de covid. Un gran problema es que muchas personas dicen que no pueden permitirse quedarse en casa cuando están enfermas.

“Tienen que pagar la renta, los gastos escolares, la comida”, dijo Mendes.

Esta parte de Miami es el hogar de muchos cubanos exiliados, así como de personas de toda América Latina. Algunos carecen de seguro médico, otros son inmigrantes indocumentados.

Mendes y su equipo intentan hacer correr la voz entre los residentes sobre programas como Ready Responders, un grupo de paramédicos que ahora tiene fondos de la fundación para realizar pruebas gratuitas de coronavirus en el hogar en áreas como ésta, independientemente del estatus migratorio de la persona.

“Nuestra misión es que todas estas personas se hagan la prueba, independientemente de si tienen un síntoma o no, para que podamos disminuir el nivel de personas que contraen covid-19”, dijo Mendes. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), las personas infectadas pero presintomáticas o asintomáticas representan más del 50% de las transmisiones.

Las subvenciones relacionadas con el coronavirus de la Health Foundation of South Florida han oscilado entre $35,000 y $160,000; otros beneficiarios incluyen el capítulo del sur de Florida de la Asociación Médica Nacional, el Centro Campesino y el YMCA del sur de Florida.

La fundación se está enfocando en vecindarios de bajos ingresos donde algunos residentes podrían no tener acceso a un automóvil o no poder pagar una prueba de coronavirus en una farmacia.

Su enfoque incluye áreas residenciales cerca de los sitios de trabajo agrícola. En el condado de Miami-Dade, está trabajando directamente con las autoridades para aumentar las pruebas. En el vecino condado de Broward, está colaborando con las autoridades de vivienda pública para llevar más pruebas a las viviendas.

Calmar los miedos, ofrecer opciones en español

Lleva mucho tiempo ir de puerta en puerta, pero vale la pena: los residentes responden cuando los equipos hablan su idioma y establecen una conexión personal.

Gloria Carvajal, residente de la Pequeña Habana, dijo al grupo de extensión que se sentía ansiosa por saber si la prueba de PCR es dolorosa.

“¿Qué hay de ese aguja?”, preguntó Carvajal, riendo nerviosamente.

González intervino para asegurarle que no es tan mala: “He tomado el test muchas veces, porque obviamente estamos en público y tenemos que hacernos la prueba”.

Otro esfuerzo de alcance está ocurriendo en Faith Community Baptist Church en Miami. La iglesia organizó un día de pruebas gratuitas en octubre, con la ayuda de la fundación.

“Nos conoces. Sabes quiénes somos”, dijo el pastor Richard Dunn II. “Sabes que no permitiremos que nadie haga nada para lastimarte”.

Dunn habló recientemente en la cercana Liberty City, un barrio históricamente negro, en un servicio conmemorativo al aire libre para los residentes de raza negra que han muerto a causa de covid. Para transmitir la magnitud de las pérdidas de la comunidad, se colocaron cientos de lápidas de plástico blanco detrás del podio. Llenaron un campo entero en el parque.

“Miles y miles han muerto, y por eso le estamos diciendo al Señor aquí hoy que no vamos a permitir que sus muertes sean en vano”, dijo Dunn.

Dunn también está ayudando con un esfuerzo para generar confianza en las vacunas covid entre los residentes de raza negra, al participar en reuniones en línea durante las cuales los miembros de la iglesia pueden escuchar directamente a los expertos médicos de su propia raza. El mensaje de las reuniones es que las vacunas son seguras y vitales.

“Se han cobrado más de 300,000 vidas en los Estados Unidos de América”, dijo Dunn al final de la reunión. “Y creo que no hacer nada sería más una tragedia que al menos intentar hacer algo para prevenirlo y detener la propagación del coronavirus”.

Las iglesias desempeñarán un papel importante en los esfuerzos de divulgación en curso, y Dunn está comprometido a hacer su parte. Sabe que el covid es una enfermedad grave y extremadamente contagiosa; el verano pasado, él mismo lo contrajo.

Esta historia es parte de una alianza de noticias que incluye a WLRN, NPR y Kaiser Health News.

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